martes, 10 de junio de 2008

Pan con chomín, comida sin mantel: intro



Por ahora mi vida sin carro me ha dado más alegrías que tristezas, sobretodo buenos pretextos para seguir callejeando, burreando, taxiando. Asaltos, vergazos y metidas de mano son el precio muchas veces de la falta de caucho, pero ahí va uno arrecho, poniéndole el pecho a la bala, sin más pues, por ahora no voy a comprar carroza, mis ahorros tienen otros propósitos viajeros, esperaré, pero más vale pájaro en mano... ¡shhh, aguas! Y a lo que te truje tencha... camino a mi casa existe una de las mejores taquerías del universo, más de una vez las nobles almas que me acercan a casita han sido víctimas de esos sagrados, grasientos y exquisitos tacos de cochito horneado, cochito señoras y señores, no coche, ni marrano, cochito horneado, ja!, esos tacos son reseta de dios pero elaborado con las pesuñas del diablo, pero bueno, no es un espacio publicitario, o bueno, sí, pero no de la trama, del bocado, de la hartazón misma, sino de esa manía de este su servidor por bajarse del taxibuscarroajeno a comprarse su mango con pepita, granizada de limón, un shuco, par de pupusas, tortillas con chile, churrasquito, la atoliza.... empiezan acá un parito de textos tributo a la comida callejera, que hay que decirlo, con toda honestidad, es solo superable por la comida que pueda robarme de tu plato... pero mientras llega el día estas enchiladas fiambreras con un coronita de chomín las pago yo...
foto: elcucoroacho.blogspot.com

4 comentarios:

Wingston González dijo...

pues sí, mano. ya la iré a conocer cuando invite. también a la par de mi casa está la mejor venta de pollo frito del universo. jejeje. cuando se venga comprobará su poder.

abrazo tío julio. :D

Duffboy dijo...

Cuando moraba en la zona 2 vivía a la vuelta de una venta de gringas y tacos dignos de esta trompa. Cae bien guardar el mantel vos, cada cierto tiempo, y habrá que entrarle a esos endiablados tacos cerca de tu casa.

Andrea dijo...

Yo también vivo sin carro, por elección propia, realmente soy una amenaza al volante; y para ser franca disfruto mucho la vida de peatón, con todo y sus bemoles. Yo ya no comó carne, pero frente al mercado de La Parroquia por las noches se pone una venta de hamburguesas y panitos dignas de concurso.

Vueltegato Editores dijo...

¡Oh chancho-canchito de mi vida, deléitame con tu grasita incierta, cubierta de chilito duirno y aguacate afable!


(Un día te mando el poema-plegaria, ya que son Tacos Al Pastor, que escribí alguna vez...)