jueves, 28 de junio de 2007

Chulada de neneco (¿cómo nos miraremos desde afuera?)

Cinco años después de que saliera el disco de hip hopa "Elevado" de Dante Spinetta (ex vocalista de Illya Kuryaki and the Valderramas, e hijo de Luis Alberto Spinetta, el legendario roquero argentino), me vengo a enterar
1) del nombre del disco,
2) y que una de las rolas se llama "el guatemalo"
¿casualidad, causalidad, coincidencia?
¡NUNCA LO SABREMOS!
(y no necesariamente nos interesa)

por lo pronto, un tanto visceral y tramposamente, dejo un fragmento (el coro) de "El guatemalo"


"Allá viene el Guatemalo, bien malo
el que manda en este barrio, el barrio
tenle miedo al Guatemalo, Guate, Guatemalo
cuando lo vea pasar, listo para liquidar"

¡chulada de neneco!

viernes, 22 de junio de 2007

4 lecturas emblemáticas:

Junio ya está en las últimas y a razón de algunos acontecimientos locales, Jullini su cronista cultural presenta a continuación el reporte de daños a partir de 4 lecturas emblemáticas en el imaginario de su colocho servidor:

Poesía versus:

Por tres años conserrecutivos se ha llevado a cabo esta muy particular lectura de poesía, la idea es que la poesía entre en juego con la música, suena simple, y lo es, pero el combo resulta interesantísimo.

La primera edición del versus fue Poesía vrs Hip Hop, en una hermosa discoteca bar dentro del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (uff, lujo de lugar), cinco poetas leímos nuestros textos intercalando un selecto repertuar musical (que pasó por Café Tacuba, Frank Zappa, Edith Piaf, Molotov), luego otro par de poetas tiraron rollo y Básico 3 y Alioto Loco, (en esa ocasión sólo participo El Señor Rima) contrastaron su hip hopa con la lectura. Puro lujo esa onda, con el agravante que hubo un muy buen coctel que empezamos a disfrutar desde antes del evento, así para cuando tronaron los versos ya estábamos relajadamente sonrientes.

Al año siguiente Poesía versus Punk, con Alicia en el País de la Maravillas proyectándose en el fondo del escenario se leyó y se moshó pero con menos swing que el año anterior.

Finalmente, hace casi 15 días nos reunimos en la arena del versus a rifar versos, pero esta vez en un rollo electrónico cortesía del músico David Marín, impresionante la cantidad de gente que llegó, seguro más de cien gentes llenamos el lugar para escuchar a la banda, más lujo. Hay que reconocer que el evento se prolongó un cacho, y entre el calor y algunas lecturas demasiado largas se desgastaron nuestros jugadores en la cancha. Sin embargo, el versus parece seguir capturando la atención, con amenaza de replicarlo en Xela, cortesía de Grupo Metáfora, estaremos pendientes.

Poetas en Junio

(Complicado el rollo del género para los poetas ¿poetisa?, para fines prácticos no creo que haya problema en llamarnos, parejitos t´os, poetas) Justo a la hora que terminó el versus (jueves 14 a las 1830), salimos del bardisco para dirigirnos al teatro de cámara, un grupo de escritoras guatemaltecas, varias de ellas muy queridas amigas, organizó una muy particular lectura de poesía, sorpresa número dos, el teatro de cámara casi lleno (y en verdad que no era el mismo público del versus el que estaba ahí sentado, más de 150 personas en un teatro dispuestas a escuchar poesía: un aproximado de 250 gentes llegaron a escuchar poesía un jueves de aguacero, otro uff! por eso…) inició pasadas las siete una excelente lectura,

y sigue siguiendo el lujo:

- escenografía

- iluminación

- montaje

¡no hay nada como un discurso bien articulado!, el evento, con varias sesiones de ensayos previos, nos dejó a todos una muy satisfactoria sensación. En lo personal fue muy gratificante, creo que la principal lección fue precisamente esa “cualquier lectura de poesía —por públicas y colectivas— son representación textuales de un discurso, y como tal deben de producirse, de articularse de tal manera que la lectura sea un signo que represente y dialogue dentro de la dinámica cultural”.

La lectura performativa de las poetas sacudió. Los textos fueron leídos en ejercicios polifónicos e intervenidos por acciones que semantizaban la actividad como un mismo texto, a través del cual, leeríamos desde varias perspectivas la condición actual de la mujer en Guatemala (bueno es una opción de lectura, un ejercicio para este su cronista amigo), qué bien que les quedó muchades.

Versolaris

En enero del año pasado el Centro Cultural de España, a través del poeta amigo Alan Mills, organizó Versolaris, un ejercicio de lectura que replanteó a nivel textual la relación entre escritores y nuestra inevitable otredad. Efectivamente, el ejercicio consistió en reunir a un buen grupo de poetas guatemaltecos a leer en espacios alternativos (bares y lugares —salú—) pero a leer al otro, sí, cada poeta leería una selección de poemas de “otro” poeta, no leeríamos pues nuestros versos sino otros “muy ajenos” de nuestros “muy cercanos”. Era bien raro leer al “otro”, con tu vocecita lectora y teniendo a ese otro enfrente, a todos nos dio armonía, un saludable intercambio textual, que al fin y al cabo qué es la poesía sino la voz posesa de un otro intimando con otro que es él mismo… “no me andés con casaquitas”

Muesía

Y viene la parte más melancólica para este que escribe. En el 2003 y 2004 mis queridos amigos y compañeros de Xela congregados en lo que llamamos “Grupo Ritual” (chanfle, ahora que lo veo, qué nombrecillo) nos reunimos dos años seguidos cada sábado en el parque de las enfermeras en la ciudá altense para programar las culturales actividades que realizamos, entre ellas el festival de poesía del cual “Dos puños en la tierra” (2007) fuera la tercera edición. En el I Festival (2003) tuvimos una espectacular clausura del Fest., ensayamos 4 meses con los bróderes y en compañía del gran pianisti Roberto Pérez (otro broder) armamos un verdadero show poético.

Entonces un ingenuo y fervoroso fuego nos movía, leímos a varias voces y con una gran cantidad de juegos textos de varios poetas, se imaginan una esquizofrénica lectura de Girondo mientras en el piano sonaba una pieza de Ginasterra bien loca, ¡puta!, bien loca esa onda, todo en el Teatro Municipal de Xela, vaya si no es hermoso ese lugar, emocionante, debimos de haberla filmado, sobretodo el final donde el pianisti se lució con una pieza que compuso que se acoplaba al poema “Sensemayá” de Nicolás Guillén, un juego de voces, música y luces, lujo, en la última estrofa:

“mayombe bombe mayombé sensemayá la culebra

(el piano, las luces, la adrenalina)

mayombe bombe mayombé

(la ingenuidad, la energía, la esperanza de que lo que hacíamos serviría de algo)

sensemayá se murió

(el piano tocó la última nota y se apagaron todas las luces del teatro, ¡plop!)”

viernes, 8 de junio de 2007

Primeros pasos para una poética del shumo

I

En el contexto guatemalteco la palabra “shumo” refiere a algo vulgar, corriente, rascuache, guashquero, cutre, guarro, as you wish. Demasiado sorprendente fue para mí enterarme de boca del poeta nicaragüense Ezequiel D`Leon Masís, que los misquitos en Nicaragua le dicen “sumo” a los mayangnas, otro grupo indígena de la costa caribe nicaraguense, y que, oh sorpresa, la palabra significa eso mesma mente “los otros”, ¡plop!, demasiado, se le quiebra a uno el coco cuando entre el shumo se le aperece Todorov o Levinas y a replanteárselo

¡Ala, pero que shumo pues!

Shumo, puede que tenga relación con el "sumo" de los misquitos. Las distintas relaciones de poder entre grupos de origen nahuatl y grupos originarios de sudamerica (como el caso de los misquitos) pudieron haber dado un intercambio ¿sumo-shumo? (hipotesis, totalmente), sí, decirles "sumos" a los mayangnas (sigue la sorpresa, mayangna significa "nosotros") que fueron sometidos por los misquitos, qué cosa, ¿habrá relación entre el sumo misquito y el shumo chapín?, no hay que aventurarse a afirmarlo, pero si no, que asombrosa coincidencia.

En la cultura latinoamericana es común la presencia de lo “shumo” (como lo entendemos localmente), que va desde el exceso irreprimible del neobarroco, hasta el reguetón mismo, pasando por todos y cada uno de sus habitantes, aún difícil de comprobar pero ya encontraremos la metodología que lo valide, igual, el contraste europeo o norteamericano (en quienes tradicionalmente se cree que se establece la simbología de lo “sofisticado”), termina de servir, y juro que no trato de ponerlos en planos distintos, más bien la idea es horizontalizar la cosa.

Esta “intromisión” de lo profano en los cánones estéticos representa una de las principales características del quehacer del latinoamericano, la salsa, la cumbia, el fútbol, la literatura, los chistes, qué sé yo, la rúbrica del mestizaje, de la antropofagia Latinoamérica puede verse, en mucho, como un punto clave de una identidad compartida, claro por lo pronto aclaro lo ejerzo como un ejercicio de opinión basado en algunos indicadores por ahí que revisaremos juntos.

II

El shumo no es otro, o casi no

El título de este post alude por una lado a un talegazo de poema del satanic Mills (es en el mejor sentido), parte de su libro Los poemas sensibles (Editorial Praxis, México, 2005), el poema es un ejercicio de dar ese invisible paso del otro a uno, como pegarse en un espejo, pero a alta velocidad.

El poema “2” representa uno de los textos más representativos de este libro, en él se trata el complicado tema de la otredad en la cultura guatemalteca, particularmente “el ser indio”, este tema, largamente tratado en la tradición literaria guatemalteca, es revisitado para plantear el conflicto de la negación, inicia pues en su primer verso “el indio no es el que mira usted”, aunque encadenado semánticamente al segundo verso, esta unidad significante plantea con claridad la invisibilidad el indio como subalterno histórico en este país, y que en determinado momento planteara Spivak. Así pues, Mills, plantea desde el inicio esta condición negada del que aparece “en el catálogo de turismo,/ cargando bultos/ o llevándole comida a la mesa”.

Mills desoculta la naturaleza de este subalterno y enuncia “el indio está adentro,/ y a veces se le sale, acéptelo”, en este caso existe un tratamiento de desprestigio, si se quiere, pero no hacia el indio, sino al sujeto que lo niega, al que lo oculta, aunque “lo entierre en apellidos, aunque lo socave bien”. Esta forma de (de)enunciar el síndrome cultural de la negación representa uno de los principales aportes de este poema, en particular, y del libro, en general. El final del poema resuelve, pues, la vos del subalterno que “empuja con su fuerza de siglos,/ emerge ardoroso y se le sale”, entonces, el poeta, el que señala, el que logra, como diría Spivak, “transmitir a modo de delirio esa voz interior que es la voz del otro en nosotros”, lleva al lector a una letanía que rompe la negación:

“no, no es otro,

el indio soy yo,

a ver, repita conmigo” (p. 10)

Este final resuelve la tensión de la invisibilidad del subalterno y la trasposición a la luz, el revelar al ser, la aceptación que resuelve la negación, la negación histórica.

A ver...



(la otra semanita: Delfin Quishpe y la Tigresa de Oriente, espérelos)