sábado, 26 de diciembre de 2009

La casa de los padres




Hay algo de polvo en el regreso
y en las nuevas huellas que muy probable
ahora no se ven.
Hay una piedra antigua
y sus hendiduras
como marcas en la mano
pero en el pecho.
Hay una tarde
y un sol parecido
no a la memoria
sino al frío,
discreto,
ajeno y desenfadado.
El reflejo de la ventana de los carros
resulta bastante fiel,
una mochila que no se entera,
la mirada extrañada
del que se observa
y del que está dentro,
no se imagina que ante él
no va un hombre,
va su sombra.
El eco de la puerta cerrándose
a tus espaldas
como una guitarra vieja
que se deja caer.
Los sonidos de la casa,
siempre con el acento único
de las voces de las casas
y su idioma sensible,
vaya metáforas silvestres las de su boca.
La casa hablando hacia todos lados
envejece y no se entera.
No hay más la habitación
hay camas
y fotografías que atestiguan
que, efectivamente,
las líneas de tus manos
tuvieron su primera cicatriz acá.
Ni tratar de recordar,
vértigo absoluto.
Solo sentarse como invitado
a esperar que todo duerma,
que la casa silencie un tanto su voz,
que los animales duerman,
que los padres,
estos nuevos y antiguos padres,
duerman.
Luego recostarse huésped
en esa almohada dura por desconocida.
Vendrá la noche,
llegará el sueño
y después del frío

la espalda de las cortinas estallará en luz.
Al fondo escucharás la voz de la madre
pronunciando tu nombre,
con el timbre natural del desayuno
y aquel que suponemos nunca se fue
será el que se levante despeinado
a tomarse una tibia taza de avena.
No habrá duda que te has marchado
y que no saber exactamente
donde está ahora el azúcar

o el café
será otra forma de quedarse.


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cae bien regalarse algo

A fuerza del día a día que ya se sabe, frenazos, putazos, deudas, y la realidad que por un lado es y por otro nos la imponen, pues cae bien tomar un poco de distancia, y pensar que efectivamente es una época de consumo garantizado, ta bien, solo se encarga cubrir las necesidades y luego invertir en el gozo, razón por la que estoy bastante más de acuerdo con meterle lana a una cena que al reloj de 5mil pesos, pero eso yo, porque habrá quien sea tremendamente feliz con ese reloj y habrá quien viva 4 meses con eso. Puros lugares comunes, pero bueno, ahí están.
Hoy fui a la tienda donde voy digamos, todos los días, que está cerca del lugar donde trabajo, compré algo y con mi vuelto me entregaron 2 manzanas, creí que no había sencillo y me estaban dando las manzanas en su lugar, luego reaccioné que el vuelto me lo estaban dando. El chavo de la tienda viendo mi cara de asombro, me dice sonriente "es lo que estamos regalando por navidad". Me conmovió profundamente el gesto, hay que ver como se mueven las paredes con solo acariciar la puerta, me dejó pensando que no sé cómo se llama él, ni sé por qué lleva varias semanas en muletas, tampoco le he dicho que pienso que me sorprende por qué un gatorade es 1.50 más caro y un milky way 1 quetzal más barato que en otras tiendas. En fin, por varias razones, esas 2 manzanas me parecen uno de los mejores regalos de navidad que he recibido.
Y bueno, felices fiestas, habrá que aprovechar para abrazar macizo, para dar el beso en la mejilla o en la boca, pero darlo, eso disparar al aire es realmente una mamada. Decirle algo a alguien mientras se le abraza también es clave, pero ya cada quien con sus estrategias... salud pues!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Especiales navideños



Sin duda alguna existe la temporada navideña, donde entenderemos temporada tal y como la moda lo plantea (¿impone?), el momento en el que se debe vestir y actuar de cierta manera, un rito bastante poco original, pero que no le quita en lo absoluto lo alegre. Nada como los calores y las lluvias de diciembre para darse un buen regalo, que no sean el cambio climático o la acumulación de deudas (la normal y la esquizoide de La Crisis, uy sí, the crisis), que ya hay que darlos por dados, no pues, un estreno, una cenita, un doceañitos o más bravos un zacapita pues.
Temporada navideña, la ciudad es un caos y la verdad la mejor temporada de consumo es pasado el año nuevo, bueno ya se vendieron muchas cosas, pero esas, tampoco las necesitabas, así que da lo mismo.
La navidad es bonita, aunque necesitamos más fiestas de bien, como cultura tenemos básicamente 2 grandes períodos de conga, semana santa y navidad, semana santa es el culto al dolor, la máxima representación del dolor y la penitencia (aunque realmente nos vamos a desarmar a la playa, o por ahí) y estas pues que la familia, que el nacimiento de Cristo y qué sé yo, ambas de caracter religioso, normal por histórico, pero preocupante por nuestra falta de voluntad en crear algún buen bacanal laico, es decir, mínimo un carnaval y unos 3 días de fiesta nacional pagana.
Bueno mientras tanto pues les dejo aca una pequeña cronicaentrevista que le hice a un muy peculiar personaje de estas fiestas, publicada en el suplemento especial navideño del Magacin.
El abrazo navideño el jueves...

Ilustración: Alejandro Azurdia, para el Magacín.

jueves, 17 de diciembre de 2009

de curvas y tensiónes


escribo "curva y tensión" en el google y aparece "Curva de Tensión Aplanatica. Evaluación aislada de la presión intra ocular." Lo busqué pensando en que quizás las curvas tienen un punto donde todo se vuelve más frágil, porque puede ser que cuando estamos fágiles nos doblamos y entre nuestra cabeza y nuestras rodillas se hace una curva, y al rato sí la presión intraocular, de plano por eso lloramos, en posición fetal, por la curva de tensión aplanática. Y luego aluciné con la proporción áurea, y que pasa de todo con ese numerito, y que el amor se ha de calcular con esa proporción, y que efectivamente me siento afortunadamente aureado, A a mi lado. Y luego volví pensar en las dos palabras que puse en el google, y creo que efectivamente el cuerpo doblado sobre sí mismo encuentra un punto de tensión en el plexo solar, que se llama así, porque ya doblados, ahí adoloridos, ahí en la exacta punta de la aguja, ahí es donde sale el sol.

martes, 15 de diciembre de 2009

Infancia en el corazón II

Ella se llamaba Isabel, pero le decían Chave. Cantaba sentada en su máquina de coser, o mientras cocinaba un pastel quizás. Cantaba a veces en la radio donde trabajó como secretaria y a veces también en algunos escenarios, por aquí o por allá, da igual.

(A <3)

Tenía varios cuadernos llenos de poemas que escribía o que transcribìa, poemas y canciones, y siempre las recetas, le gustaba mucho cocinar. Y siempre cantaba. Un día conoció a alguien que también cantaba y tocaba la guitarra, se enamoraron perdidamente, joven pareja de músicos, de esos amores de los 40s. Él se llamaba Julio César, y murió a los 26 años de un infarto en una sala de cine. Era la justa mitad del siglo, quizás.





Isabel y Julio fueron padres de Lucía y de Gustavo. La vida siguió por aquí y por allá, da igual. Siguió. Isabel siguió viuda y siguió cantando. Murió a finales del siglo, y entre sus cosas había un diploma por haber ganado un concurso con una canción que se llamaba como su hija Leonor Lucía



Ni Lucía ni Gustavo heredaron la voz. Ni ninguno de los tres hijos de Lucía. Mis hermanos y yo lo lamentamos con frecuencia. No se imaginó Chave Morales que tantos años después sonaría su voz en algunas computadoras, la mayoría de ellas en Guatemala, donde nació y murió.

martes, 8 de diciembre de 2009

Infancia en el corazón I



Para Ale, Polux y Toto

Dejaremos a la nostalgia ser
un tablero de gran banco
una tarde de domingo
o el nombre más gracioso de una mascota.
En las fogatas a las seis de la tarde
y entre una batalla campal
en medio del coheterío
el tiempo se derretirá
en la punta de una rama
como un angelito.
Y nosotros caminaremos
disfrazados como en el poster
del mago de Oz,
dejando caer el sol al fondo,
brindando felices
por el nuevo corazón
del hombre de hojalata.

martes, 1 de diciembre de 2009

Actualizaciones de estado

Me atrevería a decir que esas palabras abajo de tu nombre en el gtalk, msn, facebook, twitter, etc.. son algo así como tu virtual estado de ánimo. Con frecuencia alguien te saluda para comentar "y qué andamos tristes?", porque leyó tu estado que decía "azul", o porque decía "la lluvía salpica la ventana y yo observo". Una extraña forma de crear metáforas, por un lado está tu actualización de estado y por otro la imagen que el lector tiene de vos. La resignificación surge al hacer ese cruce, entonces si el estado de A dice B, entonces A está C.
Mucha tela por cortar, y quizá la reflexión de fondo tenga que ver realidad-ficcion, face to face-chat to chat, estuvimos hablando-estuvimos chateando, soy todo oídos-soy todo ojos. Lo cuestionable no es el tipo de relación que surge por el internet, de alguna manera son la puesta en escena de nuestra otra puesta en escena cotidiana real (?¿), acá, atrás de nuestros monitores está el compilado de la antología que mostramos en el monitor del otro,  lo cuestionable entonces, sigue siendo la forma en que entendemos nuestras relaciones. Claro está no estoy diciendo naaaada nuevo, la discusión se inició con el teléfono, supongo.
Igual, solo se me vino la idea, revisando ese pequeño espacio personal y público que está abajo de mi nombre, qué quiero decir y a quién se lo quiero decir, consciente que la respuesta a esta última se escurre por la mirada del otro que se nos olvida, el otro que siempre está ahí, viendo la sombra bajo nuestros nombres y que te saluda para comentarte "seguís enamorado va vos".