miércoles, 30 de septiembre de 2009

Un post para la calma

Hay días agitados, estresados, grises y no por ello malos. El trabajo, los pendientes, los pendientes acumulados, los diputados y una esperanza rancia de que no se caguen en el futuro del aparato de justicia, poco probable, más de lo mismo, pa qué vergas. Empieza a oscurecer rápido y cuando salís de la oficina ya es de noche, eso no es bonito, tomar un taxi para evitar el trámite cotidiano para abrir la puerta de tu casa y olvidar la billetera en el taxi, llamar para cancelar las tarjetas, sentarse a fumar un cigarrito en son de paz con uno mismo, pensar en A. y apretar su mano. Cerrar la ventana laboral por unas horas. Abrir las ventanas, solo abrirlas. Hoy amaneció lloviendo, sin embargo me pareció hermoso, la belleza era un vestido color turquesa amanecer. 

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Chaye


el borde de la luz, su orilla filuda es herida indiscreta en la lengua, chaye es el signo de los litros explotados, chaye es la trampa en la arena gris-venenosa de champerico, chaye es el cabello despeinado de los muros de adobe, el reflejo cotidiano de cuneta donde la luna se acurruca.
El chaye es el ladrido más hostil del perro, es el rechinón transparente de las llantas, es el piquete, la arena hervida y enfriada en seco por un recorrido en el aire y su inevitable explosión en la pared. Cristales son los chayes, dientes de fantasma son los chayes, verduguillos de cristal. Piedra en la ventana, piedra en la botella, piedra en la mirada. Pellizco cuidadoso con dos dedos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ataques en la red

Érase una vez en que periodistas y escritores eran perseguidos por sus polémicas e íncomodas palabras, los señores en el poder a quienes les daba comezón aquellas palabras usaban distintas estrategias para chingárselos.
Pero pasó el tiempo.
Y ahora, periodistas, escritores, bloggers, con o sin polémica, con o sin palabras, simplemente constantes, arrechos, gozosos, son perseguidos sacudidos y amenazados por sus lectores, quienes usan distintas estrategias para chingárselos. Claro está solo algunos, el resto, constante, arrecho y gozoso, disfruta leyendo, intercambiando, jugando tenta en la cuadra virtual que no nos pertenece pero que tampoco nos es ajena. En fin, hemos mejorado la técnica, algunos para chingar a la mara y otros para compartir con ella. Lamento la chingadera anónima, lamento los ataques fantasma, lamento que estén jodiendo a Lucía Escobar, a mi otro hermano Juan Pablo Dardón, también hace unos meses que se chingaron a Christian Van der Henst, y bueno porque tristemente también así funciona.
Qué huevos.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

amanecer en la city








sucede algunas mañanas,
abres los ojos
y detrás del amor está el mundo.
detrás, detrás de tu pecho,
chiquita
y del mío
hay una montaña llena de antenas
y un reloj gigantesco que administra las sombras
y un buzón repleto de spam
porque casi todo es spam
hay una taza de café
y otra taza de café
y las noticias de todos los días
junto al sonido de las teclas
duro, no sé si marchito,
nos dijeron que trabajar dignifica
definitivamente lo dudo.
está un vaso de yogur
y la prueba superada de la fodonguez
nada como vernos a los ojos en pijama
y besarnos con el tibio aliento del amanecer.
está el sonido de los carros
el sonido de los perros
de las botellas aplastadas por los carros
de los basureros reventados por los perros
de los pasos agitados de la serpiente laboral que se le escurre a los carros
de los niños también fodongos con un palo en la mano llamando por su nombre a los perros
del azul o del gris
de la bolsa de paiz o el nuestro diario en la cabeza cubriéndonos de la lluvia que se nos viene desde abajo subiendo por nuestras faldas como una hiedra de frío que estalla en un reflejo estampado, inescrupulosamente salpicado por los carros.
está chiquita el sonido de unos que llevan la vida buscando,
que conocen bien la topografía abdominal de las piedras,
que se saben de memoria el recorrido cotidiano
que los lleva y trae desde y hacia ninguna parte
como una condición ya dada,
condición de ojos en blanco,
condición de noche obscenamente despejada sin luna y sin estrellas,
buscadores incansables que aúllan y se rasgan la vestidura,
como en el poema de mi amigo,
muestran sus tatuajes y aúllan,
muestran sus lágrimas y aúllan,
revientan con los botones de la ropa
un silencio ancestral y peludo como de perros y aúllan.
están, mi chiquita, unas tarjetas malditas que hay que marcar,
unos putos uniformes,
el maldito horario que se interpone como una capa de manteca entre uno y los sueños, está un jefe y un título y si nos ponemos duros, chiquita mía, está toda la ciudad.
está el ombligo,
está la tierra,
están la madre y el padre y toda la clica,
está sus sombra y el halo extraño de luz que les rodea,
como un poste antiguo que más parece un árbol en el que cuelgan algunas lámparas, vaya noche.
afuera está el mundo,
y es una tentación dejarlo afuera.
la infancia se nos atora a la espalda,
el ingenuo ejercicio de volvernos todo sueño,
de volvernos invisibles, qué sé yo, volar.
saltarse las trancas.
pero no pasa nada, chiquita,
puedo vernos con claridad caminando por las retorcidas calles del mundo,
salpicando unos converse,
tomados de la mano.

sábado, 5 de septiembre de 2009

oldis but goldis 2

Con lo de la mudanza y depurando la cantidad de basura que uno guarda, encontré la revista algarero 11, enero-julio de 2003, donde publicaron mis primeros poemas, y encontré este que les dejo por acá...


Somos como caracolas,
así somos,
un laberitno donde cabe el mar.
Diminutos,
así somos.
Azul, todo es azul menos la arena,
todo es azul menos la espuma.
Niños que corretean por la playa,
olas que corretean por los niños.
Y me da la impresión
que el mundo es una caracola,
¿quién la tendrá en su mano
escuchando el mar
como yo lo escucho ahora?

abril 2002