martes, 16 de junio de 2009

City Mix




Este año ha sido el año de caminar y escuchar música. Los años anteriores era esporádico, era no recordarse dónde dejaste el reproductor, era tenerlo descargado. No, este año es religioso, celular y shuffle, a la bolsa. El animalito barato de apple tiene serias desventajas y poéticas ventajas, nunca sabes con certeza qué estás escuchando, y muchas veces tampoco el qué vendrá. En fin, es toda una coreografía caminar con mis audífonos rosados, sí, vean como camina alguien que va escuchando música y dense cuenta, esa persona no camina, danza, lleva un ritmo especial, llevo su propio swing. Así me pasa, camino y bailo por las pasarelas, por las avenidas, por las gradas del transmetro, en el cagadero, eso sí, en los taxis nunca, perdés demasiado. Y bueno, la sensación de estarse perdiendo de algo tampoco es ajena, hay que decirlo, la distancia del musicón pegado a la oreja te aisla, te convierte en una isla guapachosa y bailable.
Pero hay técnicas, bajarle un poco de volumen y empieza, al mejor estilo de los grandes diyeis contemporáneos, las mezclas más alucinantes, les comparto algo de mi playlist ciudadano
-el motor de la burra, motor viejo, casi motor, mezclándose con la esquizofrenia pop de Muse.
- Una cumbia evangélica en otro bus bailando con Depeche mode, era como poner a un predicador del parque a bailar con una holandesa en tachas, fascinante.
- Reguetonísimo pura mierda, que hay genial no lo discuto, pero hay horas y horas de reguetón pura mierda, casi siempre seleccionado por tiendas de zapatos en la sexta avenida que creen que atraerán más clientes con su megabass, puede ser, en fin, esto fue un domingo, ese bellísimo ejemplo de post producción “Love” de Los Beatles, se vio intervenido, rarisimo, esa fue de las mejores mezclas.
- Iggy Popp y el motor de Transmetro. Poesía pura.
- Sepultura, uy, ha vuelto a mi vida, luego de 10 años de ausencia, descubrir A-Lex ha alimentado mis ritos shamánico-musicales, ayer justamente iba muy dormido cuando el doble bombo de Dolabella (no more Cavalera), me sacó el corazón de golpe, puta qué feo pero qué de a huevo, el corazón como que hubieran disparado a la par tuya, tucu tucu tucu tucu tucu, ta madre!, justo a tiempo, si no me despierta de golpe, sigo de largo.
- Llovizna, estoy muy cansado, 8:45 pm en las calles de la Reformita, los ruidos del periférico y el motor caliente de la Aguilar Batres, ando blue, A simple twist of fate de Dylan cae al alma como el asfalto al rocío. Pienso que la música es el lubricante de la espiritualidad, pienso que en ciertas rolas y en ciertos momentos hemos acariciado una fibra sensible de algo sagrado, algo sagrado que no sabemo qué, pero lo escuchamos, cerramos los ojos.

No es casualidad que lleve varias noches soñándome con A en una especie de fábrica donde hay una gran maquinaria que se activa con cantos, yo, cual sacerdote funky pongo a funcionar ese sofisticado mecanismo que no es sino un aparato de felicidad. Cuando la máquina empieza mis más cercanos amigos aparecen en el sueño a hacer algo mágico, extraño y mágico… Entonces en el sueño todo se llena de música y buen trip, la inmensa maquinaria que no tiene piezas sino partículas de aire que se mueven (puta qué loco), llena todo de algo parecido a la felicidad. Vaya alegoría, me gusta creer que ese mecanismo que sueño no es sino una alegoría de la realidad y su soundtrack, y que cantar, como dice calamaro, es disparar contra el olvido.

8 comentarios:

Lester Oliveros dijo...

Vaya, ya me hacía falta leer un buen texto. No cabe para un analisís, es anticartesiano, poesía pues, poesía.

Psicolibelula dijo...

Si verte escuchar música por las calles, con tus audifonos rosas =) es una buena imagen para el alma. Que buen post!!!

Polux dijo...

We've lost you!!!! trucu trucu trucu trucu! \m/

Nuevos aires, nuevos soundtracks en la pelí de su vida (y si... tambien es subida). un abrazo patojo... hemos compartido muchos soundtracks en estas series que se transmiten en el mismo canal: Serech TV.
Rolas, ambientes y espacios que vienen desde la cuna y que cada quien vive a su manera, pero siempre hay resonancia y reverb.

Lester Oliveros dijo...

En aquellos tiempos Woody Allen dijo que lo malo de la vida real es que no tiene música de fondo, parece que fue abolida.

M dijo...

jejeje me identifiqué mucho con tu post
Cuando salgo o trabajo estoy pegada a mis audifonos y cuando se me acaba la batería es tan tedioso...
un saludo

Anónimo dijo...

Hola! Que buena presentación ayer en la Landívar!

thisisnotabloggerblog3 dijo...

Yo también hago eso, o lo hacía, hasta que me robaron el bendito aparato. (Cómo lo extraño.)
También es divertido hacer de cuenta que lo que suena es el soundtrack del momento que estás experimentando, o imaginar que estás dentro de un video musical.

Saludos.

Unknown dijo...

hola holaaa!! no me cabe NINGUNA duda! me encanta la forma en que le pones ritmo a las letras, palabras y demás! que buenísima onda! gracias por compartirTE!