martes, 17 de marzo de 2009

Textos de otro planeta, de cómo seis alienígenas cayeron en el lago de amatitlán


Yo les voy a contar como terminamos en estas tierras, birip birip. Nosotros alienígenas multiplanetarios plurigalácticos somos sobrevivientes de un viaje extenso, de esos de cerrar los ojos. Somos el conejo que salió del sombrero, el lenguaje es la sombra que nos conduce, el agujero de gusano por el que hemos atravesado con nuestro enterprice tropical, nuestra máquina de hacer cumbias, la gran conquistadora de los mundos, machina engreída esta que se nos embarranco del cielo hasta amatitlán.

Y fue todo culpa del señor policia intergaláctico, el vaquero de los halcones galácticos que andaba atento a los viajeros.
Yo le decía a Tigrus que le bajara a la música, que Brujería estaba bien por un rato pero que ya, pero Tigrus es necio, y le socaba al volumen y yo al acelerador mental plicknef, el alegato llenaba la cabina espacial “blic galap solum nicsor” (que viene siendo algo como “nos vamos a ir a hacer mierda por tu culpa”), Karmal se mataba de la risa, porque a ella y a la Manolita le gusta reírse, mejor si del berrinche sin sentido de alguien, de un alienígena compañero como yo.
El vaquero nos detuvo con sus luces de policía espacial, se bajó lira al hombro acomodándose el sombrero al mejor estilo de clin iswud, al asomarse vio que la trocka espacial tenía una calcomanía de la facultad de ingeniería de la usac, su mirada cambio y tragó espeso, tenía varios siglos de no ver la insignia de su milenaria y combativa facultad, de inmediato cambio su actitud y, a manera de regalo empezó a disparar una vesión blues de Qué vivan los estudiantes pero ahí levantó la que no era. Bromuro se le tiró directo a la yugular, sí, Bromuro es una rocola intergaláctica pero los guaraguau versión moody water le parecía imperdonable, Tigrus y yo consideramos detenerlo, pero sabíamos la filosofía de nuestro compañero, la música en el cielo debe de respetarse, por otro lado también teníamos claro que si nos hartábamos a Vaquero entre los 3 sería más fácil que no quedara evidencia. “fralic tarte aniri tkwtw” gritaba Manolita, “slbr gar gar nimdelb” gritaba Karmal, troc troc troc tronaban los hueso del vaquero en nuestros hocicos.
Para quien le cueste imaginar esta escena bastará poner su mente en blanco, colocar en el centro una troca espacial con calcomanía de ingeniaría de la usac, el vaquero de los halcones galácticos convulsionando en el piso mientras Bromuro, Tigrus y j.28 corroen los huesos del vaquero. En el interior Karmal, Manolita y Torum-bull arengan el combate. Ahora cambie todo el fondo a negro y póngale foquitos blancos y chiquitos y el logo de discovery chanel en la esquina superior derecha.
Troc troc troc troc, los huesos, clinch el vidrio roto de la troca porque Torum peló cables y se le antojó participar de la sanguinolenta fiesta, a aquel le gusta la médula, pero le gusta más el blues, y se hartó la lira de Vaquero.
Luego de deborarse un tira, exrockstar de los halcones galácticos venido a menos, la intoxicación es asquerosa, “baradam lkj amn” gritaba Torum, sí, ya sabemos que estás bien a verga ,le decía Karmal, Manolita se puso el casco para manejar. Tigrus, Bromuro y yo también estábamos hasta los toles, tratando de sacarnos los pedazos de lona del vaquero, lona de aluminio con no sé qué, ahhh estos halcones galácticos, son duros de roer.
Vaya delirio, yo en medio de la pedera recuperé mis poderes shamánicos, poderes que iniciaron cuando a los nueve años el Gato Felix me mordiera en las calles de Xela, y que luego se exponenciaron cuando me comí a un gastador del Liceo Guatemala un 12 de septiembre (era el desfile de los niños)
SHAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!
Mis ojos en blanco y la caja negra de la troca capturándolo todo.
Yo convulsionando con mis poderes shamánicos, Tigrus desordenando estrellas, Bromuro y Torum-Bull se tiraban un jam alucinado, necios de que el blues es de la noche y ese vaquero imbécil levantó la cagó, los guaraguau son buenos, sí, pero no se toca blues en las estrellas cuando se es un vaquero decadente con nostalgia por su época de rey feo.
Karmal y Manolita por su lado, estaban prendidísimas “kah blidc kenrie aneml labacdin?”, preguntaba una “naaaaaaa!!” espetaba la otra, “vlana lane!”, ¡puta madre!, gritó Bromuro, aquellas nos quieren ir a hacer mierda!!!, Karmal y Manolita tenían sus trescientos ojos inyectados en sangre, “naaaaaaaa naaaaaaaaa!” Gritaban, la euforia se iba apropiando de todos, Bromuro y Bull-z le daban más duro a la lira, ensatanados, Tigrus estaba dispuesto a desbaratar el universo echando fuego de las garras, arañándole los trapos al sol, yo, seguía escupiendo espuma por la boca, en absoluto transe, todo el tiempo se puso frente a mis ojos pero apreté, cerré con fuerza los ojos porque si leía todo eso hubiera llenado el espacio de sal, y nel, no estaría bien ver hacia arriba y ver blanco, nel, David Carradine me había enseñado como controlar el ataque del tiempo, el maestro quan chan quein me dijo “apriete, prieto, esa es la ciencia”.
Entonces el no-aire, no entraba por la ventana que había roto Torum, y el no-viento frío no hacía que nuestro cabellos se movieran. Y luego fuego, fuego que sí entraba y nos tostaba, porque antes éramos amarillos como los Simpsons, amarillos pollito como la gente de Springfield, pero el fuego nos hizo así, tostaditos. Atmósfera, estratosfera, poetósfera y así, de súbito, silencio, silencio y todo estaba azul, y desde arriba se miraba con claridad el lomo de los elefantes blancos que sostienen el mundo, y se miraba el mar de leche y la jalea azul que le cae encima, qué linda se miraba la tierra desde arriba.
Muchá, sho, estamos volviendo a casa, dijo alguien, ¡casa!, gritó no sé quién, simón dijo no sé quién otro, la jaula rex, siempre volvemos a la jaula. Entonces ahora sí entraba el viento y nos apagaba la piel, entonces entraban las nubes y nos ponían colochos, y un silvido que era la antesala de un gran talegazo, todos guardamos silencio, Karmal patió con fuerza el estelar-shield de la troca, que voló como cuando filmó duró de matar 9, y el viento entró más rudo, y alguien se puso a recitar un texto de vallejo “nunca sino ahora ha habido vida, nunca sino ahora ha habido trocas espaciales, nunca sino ahora volvimos a casa con el fuego latiendo en nuestra morenitud, nunca sino ahora ha habido mar”, y una voz dulce dijo “muchá, cierren los ojos, ya vamos a caer”.





para Alan, Alejandro, Carmen,Manuel y Pablo, en estricto orden alfabético

8 comentarios:

Lester Oliveros dijo...

¿Es cierto que Alan Mills esta de vuelta en Guate?

David Lepe dijo...

Chilera fumada.

frijolitou dijo...

pero no se toca blues en las estrellas cuando se es un vaquero decadente con nostalgia... se tocan almas y se tocan cuerpos, arriba y abajo, desde la tierra y desde el planeta niufme45, desde adentro y desde afuera... y en medio una gata negra a la que se le desorbitan los ojos con todo el cuento....
un abrazo bischo!

Luisa F.S.C. dijo...

jaja me mate de la risa con lo de "Shaaamaaaan", yo molestaba a medio mundo diciendo: "Shazzzaaaaammm" y le enseñé a mi hermanita a estornudar diciendo: Hashepsut!! jajaja
Buen relato, me recordo una mi pato aventura en aquel lejano 1994 pero con los bomberos municipales.

Gabriel Woltke dijo...

me convierto en marciano uouououo no se ni como me llamo uouououo....
saludos tata

Anónimo dijo...

me cago de la risa, me alegra haber invertido bien

el Kontra dijo...

Vos Julio, que buen buen rollo el de Trans 2.0, pasé dos días tratando de averiguar que chingados estaba pasando. Pero agarré el rollo y pues te venía a felicitar por la originalidad de la idea, cae como bocanada de agua fresca. También fue bien diahuevo juntar a tanta mara en un gesto solidario por eso a vos y a los productores un aplauso de pie bajo el sol, lluvia, granizo o la arena del pacaya, las palmadas no se deteienen. Saludos.

Fabio García O. dijo...

Hola Julio:

Pase por tu blog para saber un poco mas de ti. Son textos muy atractivos, que de alguna manera me recuerdan mis lectura de Cortazar en los años añorados de mi despreocupada primera juventud.

Nos vemos (y nos conocemos) en Guatemala la semana entrante. (Y no dejes de invitarme una cerveza con tus amigos/as locos. ¡Que no me toque insinuártelo de nuevo!).

Fabio García O.
Bogotá