jueves, 24 de abril de 2008

Apropósito de la selección nacional


Recuerdo que cuando jugaba fut en el bachillerato, que hice en San Salvador, si uno pateaba la bola creyendo que seguiría tal dirección y resultaba tan obvio que se iba para otro lado te gritaban desalmados “andás bajando mangos”, lúdicos y festivos, como todos los salvadoreños; ahora que en Xela cuando sucedía el mismo fenómeno todos, sin importar color, clase o lo que fuera, te gritaban “¡puro indio!”, entonces uno pensaba (o alguien lo hacía por uno) “no debo ser tan jashte”, y seguía el juego. Sin embargo, cuando uno disparaba así de inspirado, y la pelota entraba en el arco, y reventaba el fondo, y se estrellaba con el típico muro de block que resguarda la espalda de las porterías, y se escuchaba un eco dentro del balón como un alarido de guerra, como cañonazo, como riflazo, como un puntazo que desarmaba todo lo que en la trayectoria tratara de interponerse, ahí el pecho se hinchaba de orgullo, reflejaba un letrero luminoso “soy shumo y qué”, el puño alzado en el aire señalando al cielo en las milésimas de segundo antes del colectivo grito del gol, los 43 nanosegundos en que todos te respetaban, así funcionaba allá en el occidente.

De la selección… ni hablar.

foto: http://www.spreadshirt.net

3 comentarios:

Johan Bush Walls dijo...

el futbol, como todo circo que mueve masas, crea pasiones que exceden por mucho las correcciones polìticas y el buen decir.
decía una amiga: "lo que mas me gusta de mi marido, es que no le gusta el futbol"
vale

Julio Serrano Echeverría dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
José Gerardo dijo...

Como olvidar que la mara que le daba los vergazos m�s fuertes a la bola adquir�an la inmortalidad patentizando su tiro como "ah� viene el chabezaso, el cebollazo, el quemezaso..." y toda la mara en un pacto social t�cito (incluyendo portero) s�lo se reduc�a a bajar la shola y cubrirse la ficha con los antebrazos.