Actos de magia
Julio Serrano Echeverría
Editorial Catafixia, 2011
54pp
Qué aburrido volver a hablar de la muerte. ¿Pero de qué otra cosa se puede
hablar? Si toda vida va dejando a su paso una estela, un rastro, una baba
plateada de muertos, y entre más viejos más muertos. Es aburrido volver a
hablar de esto, pero es de lo único de lo que se puede hablar: de cuerpos.
Cuerpos que no llegaron a nacer, cuerpos que se lanzaron de un puente, cuerpos
consumidos por la enfermedad, cuerpos que luchan por resucitar aunque sepan que
no pueden, cuerpos llenos de esperanza que propician ceremonias, actos de magia
para conjurar la muerte con palabras puestas una encima de la otra, para
vencerla, para aplastarle de un pisotón la cabeza, aunque sepan, de antemano,
que la muerte tiene muchas. Julio Serrano
escribió un libro que habla de eso. Y es raro. Porque la escritura de un libro
así precisa silencio, quietud, y Julio Serrano
es un tren. La comparación no es gratuita. La energía ferroviaria de Julio Serrano parece no reconocer
límites, es como un niño que cree que si mete las manos en el fuego no se quema
o si salta al vacío no se abre la cabeza, está metido en todo, es amigo de todo
el mundo y siempre tiene algo qué decir. Y de repente este libro. Es cierto que Julio, junto con otros poetas contemporáneos
suyos, encabeza y es co-responsable de los cataclismos formales que viene
sufriendo desde hace ya casi dos décadas, la literatura hecha en Guatemala. Y
está bien, todos muy felices aplaudimos la hibridación y los experimentos y la
transgresión y la vanguardia. Pero este libro no es sintomático de ese
fenómeno. Este libro destila clasicismo, un clasicismo muy difícil de conseguir
porque a él solo se llega a través de la honestidad. Detrás del carnet de poeta
se han ocultado siempre, aquí y en la China, toda clase de imposturas con
pretensiones artísticas, transgresoras, destroyers, ahí está el poeta
más rabioso, cuya voz es la voz de este tiempo, el último de los últimos. Y
bla, bla, bla. Actos de magia es otra cosa.
En primer lugar es un libro dolorosísimo. Y lo es porque es honesto, es una
fractura expuesta, no se esconde detrás de las palabras sino las usa de
escalera. Qué aburrido hablar de la existencia, pero de qué más se puede hablar
sino de nuestra condición de cuerpos que son embudos errantes que reciben en un
extremo lo que expelen por el otro. Y Actos de magia también quiere conjurar
esa mediocre condición, salvarnos de ella. Y ante el ruido desmesurado de todos
los días, ante los miles de decibeles con que cuenta la estupidez, y la
indiferencia, y el conformismo para hacerse oír, está este libro valiente que
nos recuerda que hay muerte pero también hay magia. Que podemos, que nos es
lícito practicar ciertos ritos que hacen posible que nadie se muera del todo,
que hacen posible la resurrección, que es la más alta aspiración de cualquier
mago. Resucitar a un muerto. Devolverle la vida a través de un conjuro que es
un poema.
Por
otro lado, Actos de magia es un libro extraño. No es difícil de leer,
es extraño. Raro. No se si encuentre amigos, ni cómplices, ni siquiera
compañeros
entre sus contemporáneos. El libro asombra por la limpieza de su
estructura y el rigor de sus versos. Por su simpleza. El inmenso Charlie
Mingus,
contrabajista de una música que ya no existe, decía: extravagante puede
ser
cualquiera, lo difícil es ser simple, como Bach. Por eso mencioné antes
lo de
la quietud y el silencio, y quisiera conocer las circunstancias en que
el libro
fue escrito. Porque el libro además, y por eso es también valiente, es
una
conversación o más bien una confrontación con la propia memoria, con los
recuerdos, sobre todo los sangrantes. Se nota, por ejemplo, y Julio me lo confirmó después, que muchos
de los cuerpos, los que nacen, los encontrados en el desierto, los que caen,
los que se despiden, son los cuerpos de muertos propios. Duelos abiertos,
sufridos a la intemperie de un libro que es público y que será leído. Pero Julio Serrano, que es, ya lo dije, una
especie de tren, no se detiene, no se conforma con el duelo íntimo y convierte
su pérdida en la pérdida mayor, la colectiva, la histórica, la social, la
guatemalteca. La propia memoria nacional es otro cuerpo, y el libro es el
espacio en donde se reconcilian, de mentiras, claro, la víctima con el
victimario, el torturador con el torturado, la herida con el colmillo.
Dicho lo cual, la pulsión vencedora en Julio Serrano
es la pulsión de vida. Y no sé si eso es del todo verosímil, no sé si me lo
creo. Es difícil creer en la vida con tanto compatriota deambulando con las
tripas al aire. Es difícil creer. Es difícil darle la razón a lo que quiere nacer
y no morir, al movimiento al interior de un vientre. Es difícil. Pero qué
bonito es ver a Eros dándole al fin a Thánatos de su propia medicina. En actos
de magia triunfa el gozo y la esperanza. Aunque nos imaginemos a Julio, de una forma en que nunca lo hemos
visto, tecleando a oscuras, en un cuarto pequeño, hundido en una silla,
iluminado apenas por el resplandor de la pantalla, esperando otra vida,
esperando la resurrección, esperando la magia.
Arnoldo Gálvez Suárez
*Texto leído durante la presentación del libro en Guatemala, diciembre 2011
3 comentarios:
UFF Disi!!! Qué buena reseña!!! Y es que en realidad ese libro tuyo es maravilloso... A mí me hizo llorar (y casi al principio) porque me tocó un nervio que ya estaba en "descanso". Aunque son muertos propios -como dice Arnoldo Gálvez-, uno se puede encontrar en algunos de los casos, que fue lo que me pasó a mí! Felicitaciones mi Disi y que venga otro pronto pue!!! =) Un abacho!
Siempre el dolor en los duelos... algo necesario para iniciar lo nuevo, de exorcisarnos de esas ausencias.. detenerse para continuar.. un abrazo querido Julio! Es un libro hermoso..
Desde el momento en que somos engendrados traemos el duelo encima, tanto propio como extraño, es por ello que desde que interactuamos intentamos hacer menos este dolor por medio de desahogo literario o por otro medio, Tanto jugar con la muerte como con el amor siempre tocaran nuestros sentidos, pero muy pocos son capaces de encontrar el camino adecuado para llegar a ellos, y ACTOS DE MAGIA utiliza una línea directa y veloz, como viajar en un tren veloz.
ZESTON_RENDEM
Publicar un comentario