
A medida que se los tragaba el barranco se iban sintiendo como dentro de un caracol, más al abrigo de la amenaza que se cernía sobre ellos. asturias en el señor presidente
Hace ratos que no subía nada, un enorme silencio se "cierne" sobre nosotros, todo el tiempo, es más, el silencio para nosotros es cultural, dolorasamente natural...
Shhh...
este silencio mío se parece a otros silencios que se nos hacen familiares, del no poder decir nada porque algo en el pecho se les atraviesa como maldición, como esa de saber que Demián era el anticristo, así es, si me hubieran fotografíado en recientemente, una enorme sombra me atravesaría el pecho.
un silencio
Entre otras miles de cosas, estos días he hablado con varias personas sobre el tema del silencio, de cómo la imposibilidad de dialogar se ha convertido en el principal logro de la guerra. Soy testigo cercano y partícipe de una extraña tensión intergeneracional en la literatura guatemalteca, no estoy muy seguro qué es ni cómo explicarlo, pero para fines prácticos una sombría dialéctica sobre viejos y jóvenes pareciera ensombrecer mesas de discusión, mesas de cafecitos, ventanas del messenger, saludos esporádicos en pasillos de lugares comunes, por compartidos. Una amiga extranjera me comentaba que le parecía que los guatemaltecos éramos muy sensibles a la franqueza y la conversación frontal, y estoy totalmente de acuerdo, acá el face to face está fracturado... uffffffffffffff
otro silencio
se queda uno medio tirado en una carretera oscura y llena de neblina, no sabe a quien llamar ni qué hacer, esperar a que amanezca es una opción pero el frío corroe los huesos. Invisible todo, neblina y oscuridad como un mismo trapo sobre los ojos y los huesos, te quedas en el carro, temblando "abrazándote como si tuvieras ternura de ti mismo", pero hay miedo. No hay señal de cel, hay mucho sueño y no se puede dormir, vaya pesadilla, quedarse varado en medio de la oscuridad titilando del frío hasta que el tiempo siga su curso... impersonal y aplastante.
variaciones sobre el silencio
No se puede creer en nada desde la orilla.
En la orilla se es espuma blanca
Y azul.
Y un hombre llora cuando habla, se quiebra, se parte y vuelve a la tierra, un hombre llora cuando mira desde lejos y la nombra, cuando los sueños son el mar y sólo se puede decir lo que desde la orilla se dice
Un hombre dándole la espalda al mar.
Aunque en la noche,
En la más hambrienta oscuridad
Sólo se escuche un lamentar de siglos
Y el peso
Todo su peso en la arena
No hay música, hay la noche.
Se escucha el mar, no las palabras, lo que se dice es viento, lo que se grita es marea, es espuma, todo lo que se dice es sal, es piedra demolida por los siglos, lo que se dice es una marca en la orilla, lo que se dice es lo que se lleva el mar.
Lo terrible del mar es morir de sed (cerati)