viernes, 5 de octubre de 2007

Libros Mínimos

Luego de algunos días fuera de la jugada, volvemos al ruedo con importantes novedades: Libros Mínimos está en línea vivo y funcionando.
Confesando un poco la historia, hace tres años se me metió la idea de que iba a hacer una revista electrónica, quería hacer algo fresco, algo lúdico, Ratón se iba a llamar, imaginaba yo la interfaz de la página como una maquinita de videojuegos, con palanca botones y todo, imaginaba los textos de la banda en algún formato interesante, abrir las posibilidades al multimedia, a algunos hasta les pedí textos, Ratón fue un ejercicio mental, nunca salió pero fue el arrancón de otra cosa.
Por esa misma época trabajaba yo en Editorial Cultura, con Javier Payeras de compañerito de fórmula, deshaciendo el mundo los patojos, fijo; un día nos juntamos almorzar Ronald Flores, Javier y el invitadísimo especial, Estuardo Prado, me emocionaba estar compartiendo en esa mesa de personajes, particularmente singular el caso del que, si no fuera por esa ocasión, empezaría a pensar que es solo un mito, sí, el legendario editor de Editorial X y padre creador de Masterdrogo, uno de los amos de la noche, Prado. Entre chelas y espaguetis de almacarone, Ronald Flores le comentó a Prado que sería genial hacer un tomo con todos los libros de narrativa de la colección Antes del fin del mundo de la Editorial X. No recuerdo a donde llevó ese comentario, pero fue otro punto importante para lo que vendría.
Empezó a refinarse el concepto, mejor pongo una editorial, y ahí quedó la idea haciendo estragos, el año pasado mientras iba viendo por la ventana de un bus se me ocurrió, Libros mínimos, me gustó, pensaba en libros con un formato especial, con un diseño muy minimal y jugando con la estética de los libros viejos pero con puro contenido contemporáneo, ya iba por ahí la cosa, además me recordó una hermosa colección de libritos que publicaba Miguel Marsicovétere en la década de 1930 en Guatemala, se llamaba Colección mínima, sin querer ese nombre había quedado en mi coco y se me devolvía a puro subconciente desde un bus. Estamos pues, ya tiene nombre, ya tiene concepto, ya tenía yo 3 años de estar trabajando como editor en el área de literatura y alguito ibamos aprendiendo, mi tan cercana relación con Michelle Juárez representaba (y lo sigue siendo) una gran escuela de edición, me miraba yo con mi bata anaranjada y mi cabeza rapada cruzando mis piernas mientras escuchaba las lecciones de la gran maestra (gran editora la Michellita, mis respetos), combo número tres para lo que vendría, estaba convencido, lo mío es la edición pensé.
En el ínterin la idea de que la editorial fuera en línea me parecía genial, no solo super práctica y útil, sino que para fines simbólicos totalmente significante para nuestra contemporánea calle del día a día, apareció pues, pero igual faltaba todavía un incentivo final, mi EPS (ejercicio de práctica supervisada) de la universidad, qué hueva, soy la primer promoción de Estudiantes de Letras de la USAC que le toca hacer práctica, pero bien, excelente pretexto para hacer eso que había estado maquinando.
De ahí pues que Alexis Gómez, compañero de la universidad y gran broder mío se apuntó, el proyecto me resultaba una excelente posibilidad para que más mara se metiera a la jugada de la edición, y ahí está el Alexis dándole macizo a los Mínimos, y mejor todavía, luego de los 10 primeros libros (que practicamente ya están subidos), termina nuestro EPS pero los Mínimos apenas estarán comenzando, sí , va para largo.
La idea es crear un espacio alternativo para la difusión de autores centroamericanos contemporáneos y sus obras, además de generar una discusión crítica a partir del trabajo promoviendo un espacio abierto para el ejercicio de la crítica. Además Libros Mínimos pretende contribuir a la construcción de un mercado editorial que permita el desarrollo de la industria cultural en general y de la editorial en pashticulash. En fin, un ambicioso proyecto colectivo donde autores, editores, críticos y lectores encuentren un espacio práctico y profesional para entrarle a la literatura de por estos lares.
El espacio está abierto a ser intervenido, éntrenle pues, click y bienvenidos.

2 comentarios:

René Ponce dijo...

Grandioso, admiro en realidad tu iniciativa. Espacios de difusion es lo que en realidad hace falta en Guatemala y toda centroamerica, va a funcionar, ya esta funcionando, y tenés desde ya un seguro y frecuente visitante, hasta entonces...

licuado mental dijo...

yo opino que deberían cerrar las licorerías.