martes, 1 de abril de 2014

Oldis bot goldis III

Acá una serie de poemas que serán más o menos del 2002 y que hasta ahora estaban guardados en un archivo más bien melancólico, poemas de juventud que les dicen

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Me tapás los ojos por la espalda
y de inmediato adivino
que sos una sombra con hermosos pechos.
Tu aroma clandestino
y la orilla gris de tus zapatos te delatan;
por lo demás sos la única persona
que me tapa los ojos por la espalda
y que desaparece cuando enciendo la luz.



Dedicatoria

A mis codos y a mis nalgas
por su incondicional apoyo.




Ausentes.

Cuando dos soledades se encuentran en el laberinto
Y se ven, infinitamente reflejadas,
Tiemblan,
Sucumben ante la lluvia.
Se merecen un vaso de agua a media luz,
Una oscuridad entre los ojos,
Un laberinto en el cabello,
Un cielo,
Dos infiernos,
Cuarenta espejos.
Se merecen una golpiza
Y una tormenta,
Un suspiro,
Un vuelo,
Un libro,
Una sonrisa.
Se merecen morir y amar
El resto
Lo negocian,
Lo reciclan
O simplemente
Lo omiten.




Devoción

Un libro sobre mi mesa
Reza fervorosamente el rosario:
Trescientos sesenta y cinco misterios,
Veinticuatro Hijos Nuestros,
Sesenta Aves Marinas.



*

Se quedó parado viendo una foto del Hermano Pedro
hasta que lo sacaron de la iglesia.
Sacó un frasquito y lo empezó a oler,
de seguro allí llevaba al Hermano Pedro.



Tanta Noche

No lo he aprendido,
Y sobrevivo al mundo
Sin más soledad que la nuestra;
Te abrazo ignorante de todo,
Nos quemamos,
Nos fundimos,
Es una lucha que procuramos,
Nos defendemos.
Se sacuden pájaros del vidrio,
Mojan nuestros labios,
Respiran en cautiverio tus suspiros.
Tu amor es algo que no enseñan los libros.
Las campanas gritan versos que no oímos.
Algo de mi te besó antes los pechos,
Algo de ti me escribió amor en las manos,
No lo he aprendido del todo.
Amar es sobrevivir desnudos
En el asidero del frío
Despertar solo
Y contigo.



*
Dos niños se dibujan el rostro
con los crayones de cera de sus labios,
se ríen,
juegan a ser grandes
mientras la oscuridad invoca la lluvia.
Alguien canta en la ventana.
Se quedan viendo,
nada más.
Ahora son todo:
niños correteando bajo el agua
que se ríen del destino
que aprendieron a olvidar.
Se dibujan el cuerpo
con los crayones de cera de sus manos
y bailan.


*
Al morir
se resucita llorando
No tenés que esconder la mirada
¿no ves que hermosa
es esta tarde nublada?


*
Alguien dijo que la literatura era mejor,
mentira,
somos más cuando nos amamos.
He despertado
muchas veces entre libros
y jamás he sonreído.




1 comentario:

Unknown dijo...

No suelo entender la poesía, pero estos poemas de junventú, como les decís estuvieron geniales.